viernes, 12 de septiembre de 2014

Casa de Tapas Cañota

Casa de Tapas Cañota


Bar/Restaurante especializado en tapas muy cerquita de la Plaza Espanya, en la calle Lleida.
Llegamos con las bicis plegables y en ningún caso nos pusieron pegas, aunque finalmente cenamos en la terraza.

El trato es exquisito, muy educados y muy simpáticos, sin hacerse pesados en ningún momento. A veces es complicado encontrar ese equilibrio...

Uno de los miembros del personal se nos acercó a la mesa ofreciéndonos las excelencias del jamón pata negra que cortan a mano, al ver que no éramos guiris (porque lo parecemos tanto mi señora como yo) se fue por donde había venido. En ningún momento insistió más de lo recomendable. 

Como llegamos un poco acalorados por el trote en bici, pedimos dos jarras de cerveza. Hay que reconocer, que pese a tratarse de una Estrella de toda la vida, estaba tan bien tirada y servida, que sabía diferente, incluso la espuma era sabrosa.

La carta más que correcta, muy correcta y muy simpática, con un diseño muy agradable y de fácil lectura. Se nota que han invertido tiempo y dinero en este aspecto. De hecho, incluso se puede comprar por 10 € (que es lo que les cuesta a ellos, según pone en la misma carta) Bueno, se puede comprar la carta y camisetas, delantales, aceite... todo muy comercial, pero bien, con clase y con gracia. A destacar que el aceite que ponen  en las mesas, está envasado para TICKETS. 

Muchas tapas, bien explicadas, muchos platos, bien comentados, mucha calidad por todos lados.

Ya que era el primer día que íbamos, pedimos una serie de tapas típicas, para poder testar y comparar con otros sitios que conocemos, a saber: ensaladilla rusa, croquetas de jamón ibérico, patatas bravas (una de la especialidades de la casa), pimientos del padrón y zorza de Lugo, a base de chorizo deconstruido.

Las bravas, pese a ser especialidad de la casa y estar deliciosas, a mi gusto, no superan a otras reconocidas bravas, como las del Tomás o La Esquinica. Aunque más que hablar de mejores o peores, son distintas, ya que éstas son cocinadas al caliu y aquéllas, son fritas. Lo cierto es que a medida que las vas comiendo, están cada vez más buenas.

A mí la ensaladilla rusa como que no, pero mi señora, que es una experta, comentó que estaba excelente. 

Las croquetas, pimientos, etc. todo genial a un precio muy razonable por la calidad.

La zoza de lugo, mejor hubiera sido con patata gallega tradicional frita de forma tradicional, pero la sirven con patatas paja, que pese a estar muy bueno, no es lo mismo.

La sorpresa fue el postre, una crema catalana, con fresitas silvestres y borde de crema de mango. Deliciosa la crema, muy correcto el mango y muy buenas las fresitas. En conjunto, una agradable y atrevida combinación para este postre, que poca gente se atreve a "perturbar" dada su tradición.

Los cafés muy bien preparados en una taza excelente, con la medida justa, ya que los pedimos "cortos" y se pueden contar con la mano los restaurantes en Barcelona que entienden eso como un expreso o un ristretto.

Para beber, tienen una carta de vino con buenas referencias a precios razonables. Nosotros optamos por la cerveza, consumiendo 3 jarras de 1/2 litro y una caña. 

Acompañamos la cena, con dos raciones de pà amb tomàquet muy bien preparadas, con su ajito, etc.

La cuenta ascendió a unos 56 €, que no es barato, pero es muy correcto por la calidad de la materia prima y la cantidad de tapas que consumimos. 

Volveremos sin duda alguna.



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