jueves, 24 de noviembre de 2011

Restaurante Los Años Locos


Cena quincenal Número:  YOQUECOÑOSE (Que alguien se lo curre y me lo diga).
Ausentes:   El cofrade CHEEWY
Sin el polo oficial:   El cofrade KARAJAS
Precio:  45€


Restaurante ya conocido por los Tragaldabas que en alguna otra ocasión ya habían degustado sus viandas de origen argentino.

Lo de argentino es muy relativo, aunque he de reconocer que la carne es traída directamente de la misma PAMPA.

En las cocinas, cocineros no argentinos y uno de los camareros, el que nos sirvió el primer plato, bastante peculiar.

La presencia de diferentes nacionalidades en la cocina, no afectó al resultado de gusto y textura de los platos, maravillosos. Pero el camarero dejó momentos de duda al presentarnos las EMPANADILASCANNNNNEE y las EMPANADILASMAÍ.

Confusión que fue rápidamente controlada por los comensales al tener, dentro de su campo visual, una imagen de lo que el camarero peculiar presentaba.

 PRIMEROS: (Tooo a repartir)

  • EMPANADILASCANNNNNEE (3)
  • EMPANADILASMAÍ        (3)
  • Provoleta al “Cabrón” digo al carbón.
  •  …como me gustan los “chorizos parrilleros…. PAAAAAARRILEROSSSSS”
  • MataHambre
  • Mozzarela con tomate.


Las empanadillas, magníficas, sobre todo las de maíz. El matahambre delicioso los chorizos bien y la provoleta de dejaba.

 SEGUNDOS:

  • Bifé de chorizo pa todos, aunque el Caldos y el Caseras se partieron uno.   Había de muy hechos, de poco hechos, de crudos…..
 La carne, sin lugar a dudas es la estrella de un restaurante argentino (Vaya chorrada acabo de decir), vamos que estaba muy, muy buena, además se tenía la posibilidad de aderezarla con chimichurri muy aromático, una salsa de tomate troceado ligeramente picante o a la Catalana, con all-i-oli.

Sobre los temas tratados: 
·     Incremento de miembros de la cofradía.  Muchas discusiones acerca de este punto.

 Por unanimidad de los presentes se decidió que la incorporación de nuevos cofrades podría dar lugar a rupturas durante las jornadas, que los temas de conversación podría aislar a los nuevos pretendientes y que según Paco: “Somos siete y ese es un número primo”.  También se acordó que cualquier incorporación en la cofradía tendría que ser aprobada por UNANIMIDAD TOTAL de los cofrades. Situación que, siempre puede darse.

·         Actos sociales:
El tema de la planificación de los actos sociales, contó como siempre de la inestimable ayuda y aportación, del cofrade Karajas.

  1.  “La asociación de vecinos del barrio de canaletas” (Cerdanyola). Vamos, que ya estamos preparando la cena de diciembre

·         Jornadas especiales

  1. Jornada familiar.  Se solicita al Chulito audiencia para poder disponer de la casa familiar para celebrar una calçotada o lo que sea.     Fecha a determinar. Opción de acordar un merendero o de ir a un restaurante de Collcerola.
  2. Jornada inernacional. También se planificará la salida anual TRAGALDABAS, con destino “Amsterdam”, así ya todos habremos ido a ese Puto Pueblo de drogatas allí por el mes de Febrero.
  3. Jornada lúdico-pesquera.  A nivel de comentario, se presentó la posibilidad de realizar una salida pesquera radical (barco o roca) en condiciones extremas de temperatura y fenómenos atmosféricos.  Pero ese punto no quedó muy claro.

·         Otros:

  1.  Se comentó el tema de la salida que el cofrade VISAS va a realizar a la cuna del cordero lechal. (PUTA ENVIDIA…)
  2.  Se nota que nos hacemos mayores ya que se habló de la PRÓSTATA su degradación y cuidados y el ACTO SEXUAL.
  3.  Se habló de tías, de fo….., de comida, de fo……, vamos lo de siempre…

·         Frases para el recuerdo:

  1.  “Esto es como el virus” (Karajas).
  2.  “Yo tengo una duda…..  Eso de Fo….. que coño és????”  KASERAS.
  3.  “Te has de hacer una manola al día así el día que fo….. repites.” KARAJAS.
  4.  “Me he comprado un ALINONE”  KARAJAS
     Queeeeee??????????????  EL RESTO.
     “Un ALINONE, joder, un todo en uno……” KARAJAS
     “JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAA”  El Resto.
     “Pero de qué hablas?”  El resto.
     “De eso, que tiene un solo cable”  KARAJAS
     “Un solo cable, el qué?”  EL RESTO
     “UN ORDENADOR JODER”  KARAJAS
     “AHHHHHHHHHHHHHHHHHHH” El Resto

Si alguien puede aportar algo bienvenido sea.

martes, 22 de noviembre de 2011

Una noche de sorpresas en un restaurante “clandestino”


Pocas cosas hay, en el corazón de un TRAGALDABAS, que sea más sincera y agradable que una cena que sorprenda a quien viene con nosotros.

Siempre hemos sido Tragaldabas, pero aunque la etimología del vocablo suena ciertamente grotesco, el fondo de nuestras sensibilidades goza y se exalta al obtener no solo un agradable resultado gastronómico, sino conseguir la sorpresa, la algarabía, la inquietante sensación de la excitación del no saber o del no entender.

Esto sucedió el pasado día 11 de Noviembre, día en que celebramos, con un poco de retraso, el cumpleaños de Mary.

Tras hablar con gente y casi sin venir a cuento, accedí a la web de “Urban Secrets”, que aunque suena lánguidamente a ropa interior femenina, presenta opciones un poco frescas y desenfadadas de conseguir esa sensación de la que hemos hablado antes.

Dos opciones en Barcelona de restaurantes “clandestinos”, escondidos en las trastiendas de una lavandería y de una tienda de suvenirs.
Un poco de coña, un poco de misterio, un poco de incertidumbre, cuatro gotas de morro y obtenemos un coctel casi perfecto para que el invitado/a muestre la mejor de sus sonrisas.

Yo seleccioné el restaurante “Chitón”, situado delante de la Pedrera, simplemente por comodidad y por estar relativamente cerca de casa.
Esa cara de nerviosismo y ese sudor fría a la espera de la reacción, fueron suficientes para conseguir el objetivo esperado.
No hablaré de la cena, simplemente diré que se trataba de un menú degustación, más que correcto.
Hablaré del entorno y preparación.

El “Xitón” se encuentra en los almacenes de una tienda de suvenirs (gitanas de cerámica, toreros, etc….) cerca de la Pedrera de Barcelona, con lo que no destaca ni extraña la tienda, ni ofrece dudas de su rendimiento económico.
Para acceder al restaurante se ha de coger un ascensor con paredes de cristal.
El local está dividido en 5 zonas, cada una con su correspondiente cocina y su chef responsable.
Unas distribuidas a modo de barra de bar, aunque con unos asientos más que aceptables rodeando la cocina y otras con mesas preparadas y dispuestas cerca del chef.
Esto permite ver y observar cómo se trabaja en las cocinas, como se preparan los platos y como se montan las viandas.

El chef es el encargado de sugerirte la degustación, modificar los platos y, evidentemente, prepararlos dando su toque personal. De este modo ninguna de las degustaciones que vimos, a parte de la nuestra, tenía la misma textura y presentación, siendo como eran con la base común.
La lista de vinos mucho más que aceptable y el precio total no supera mucho los 55-60 euros por persona, perfecto para una velada de este tipo.

Ya sé que no todos los cofrades están de acuerdo con esta tipología de “teatro” gastronómico, de todas formas os lo cuento porque creo que es divertido si se quiere sorprender.
Solo destacar que el trato es exquisito y la atención suprema, puedes pedir cualquier cosa que ellos te la consiguen.

Poco más que explicar, una velada diferente en una noche especial en la Barcelona de siempre, bajo la mirada de Gaudí y sus chimeneas, en los sótanos de una tienda de gitanas de porcelana.

Situación:
Calle Provenza, 300
Barcelona

Escrito por Kaseras


El canapé asesino


Maldita la hora en que decidimos cambiar el colchón de casa.

Con esa frase comienza este relato verídico y auténtico, que me ocurrió el 21 de noviembre del presente, al intentar realizar tareas domésticas poco recomendadas cuando uno está solo en casa.
Hace ya unas semanas, mi pareja y yo decidimos que ya era hora de cambiar el colchón de casa. Teníamos algunas molestias en la espalda y lo relacionamos con la edad del colchón, que ya tenía sus añitos. Pues bien, manos a la obra, ¡vamos a comprar un colchón!

Joder. Hay 40.000 combinaciones. Claro, no iba a ser tarea fácil. Esto es como la globalización, los colchones también se han globalizado, que si látex, soja, viscolástica, muelles, espumas, doble-capa, ventilados, hidrófugos, Dios...  un tema complejo. Además, en las tiendas no te aclaras porque lo que es bueno en una, es malo en otra y viscolástico, digo viceversa.

Solución, internet.

Y una mierda.

Internet es aún peor, al final acabas viendo opiniones sobre colchones en foros de coches...  Ríos de páginas web, horas de sueño perdidas buscando colchones (¡qué paradoja!)
Pero bueno, al final, después de mucha literatura, elegimos un colchón de muelles con viscolástica y su canapé asociado, porque el que teníamos, pues no sirve. ¿por qué? Pues porque no sirve y punto.

Esperamos un tiempo prudencial y por fin lo traen a casa, lo montan, y sorpresa, ¡es alto de cojones! Entre el canapé, las patas del canapé y el colchón, la cosa asciende muchos centímetros sobre el suelo, llegando casi a la ventana de la habitación, queda horroroso, sólo se ve cama y más cama. ¡Es una cama con habitación! Hay que buscar soluciones rápidas. Cambiarlo por uno más bajo, descartado porque no existen de ese material, cambiar el canapé por otro más bajo, descartado por espacio, así que solo queda quitar las patas del canapé.

Dios, quitar las patas, maldita la hora...

Ayer por la tarde me pongo manos a la obra. Vacío todo el canapé por el suelo de la habitación,. pensando ¡bah! total, lo dejo todo aquí al ladito en el suelo, es subir el canapé y ya está, destornillo las patas y andando. Simple.

Pues bien, vacío todo, todito todo, es decir, como 20 bolsos, trajes de submarinismo con sus jackets, reguladores, escarpines, tubos, patos, gafas, linterna... , mantas varias, bolsas del IKEA, cojines, colchas, algún que otro zapato, botas de montaña antiguas, cuatro alforjas de las bicicletas...  todo eso desparramado por el suelo de la habitación, dejando espacio justito para la cama.
Seguidamente quito el colchón, porque no pesa un colchón de 150x190, ¿sabéis?, lo levanto como puedo y lo apoyo en el armario de la habitación así, medio en equilibrio, pero se aguanta bien, porque al ser tan ancho, tiene mucha base, pienso yo.

Bueno, pues ya está mi canapé con la tapa cerrada en el suelo, vacío y listo para levantarlo y dejarlo de pie para poder desatornillar las patas.

Un último esfuerzo y lo levanto, a pulso, desde un lateral del canapé para apoyarlo contra el colchón (que gracias al cielo, protegía el armario nuevo). Cuando estoy levantando el canapé, la tapa, por iniciativa propia y sin consultar con nadie, decide abrirse, impulsada por la fuerza de los amortiguadores, una fuerza sobrehumana, y digo sobrehumana con todo el conocimiento, pues al abrirse, arrastró el colchón hacia mi persona, aplastándome contra la pared. Imaginaos la foto: yo resoplando, chafado contra el muro de la habitación y un canapé de la ostia de kilos y una tapa de canapé furiosa queriéndose abrir más y más. Ni Fellini.

En es momento me acordé del programa "Mil formas de morir":
Muerte 354: Aplastado por su propio colchón.

Que digo yo que el cabrón que diseño esos muelles ¿qué cojones quería?  ¿usar el canapé como catapulta?

Pues esa era la situación, así que en un alarde de desesperación y descojone, tuve fuerzas para acabar de subir el canapé y dejarlo vertical, de esa forma pude desmontar las patas y poner el fieltro adhesivo para proteger el suelo de madera.

Bueno, pues ahora venía lo más sencillo, bajar el canapé de nuevo. Pero no conté con que ahora mis dedos quedaban expuestos ya que no había patas, así que empecé a bajarlo con cuidado, con todo el cuidado que te dejan no sé, ¿qué puede pesar eso? ¿ciento y pico kilos? Pues nada, nada, a bajarlo a pulso y con cuidado, pero entonces, la tapa pensó que aún  no se había abierto demasiado y decidió darse un último impulso y aplastarme de nuevo contra la pared, pero esta vez de bajada, es decir, que no podía subir ni bajar, porque al abrirse la tapa impedía mover el colchón. A todas esas, la tapa se encargó de desmontar la montaña de cosas (bolsos, submarinismo, etc.) que había montado yo.

La angustia duró 10 minutos, aguantando el muerto hasta que no sé cómo, puede mover el canapé hacia delante unos centímetros, y hacer que bajar aun poco más. Fue en ese preciso instante cuando el colchón decidió que ya estaba bien de hacer el equilibrio y se dejó caer encima de la tapa del canapé abierta, total 60 o 70 kilos más encima tampoco pasa nada... Aunque gracias a eso la tapa cedió, cerrándose unos centímetros.

Joder, qué agobio. Fui dejando caer poco a poco el canapé y cuando estaba a dos palmos del suelo, me doy cuenta que el desaguisado de tanto movimiento de tapa ha ocasionado que todo el material que había sacado del cajón, esté desperdigado por donde no debería estar, así que, cun una mano y media pierna, aguanto el canapé y con la otra mano, aparto gafas, tubos, escarpines, etc...  para que no mueran aplastados.

Después de cinco minutos apartando cosas, por fin dejo caer el canapé, poco a poco, con cuidado de no pillarme los dedos de los pies, que a punto estuve, porque del esfuerzo se me había corrido un poco la alpargata, y no sabía donde finalizaba mi pie dentro de ella. Nada más hubiera faltado eso...

Moraleja, la próxima ve llamo a los Tragaldabas.