lunes, 3 de noviembre de 2008

Crónica de una mañana diferente...

Mail enviado a mi churri esta mañana.


Hola amor,

esta mañana, mientras me estaba duchando, cuando estaba lleno de jabón, me he quedado sin agua caliente... Te he empezado a llamar, primero en voz baja, chuuuurriiiiii... ammooooooorrrr... vidaaaaa....., luego más fuerte, CHURRRIIII!!! AMOOORRRR!!!! y nada... finalmente, he decidido ponerme el albornoz, y lleno de jabón, ir a la cocina a arreglar el tema.

Una vez apretado el PUTO botoncito de la caldera, he conseguido acabar mi ducha. Evidentemente, al salir de la ducha, y ponerme el albornoz, me he llenado de jabón, (los restos de antes) y, con los ojos inyectados en sangre, me he tenido que volver a secar, y ponerme el albornoz al revés.

Una vez vestido y hasta los cojones ya de buena mañana, me dirijo a la parada de BICING, bien abrigado, porque, en teoría, debía hacer un frío de cojones y demás... y una mierda, fresquillo, pero nada más, y yo que parecía un esquimal, con mi abrigo, mi jersey y la camiseta, y menos mal que no he cogido guantes. Pero como era tarde, me he dicho: "iré chino-chano sin darle caña a la bici y ya está, así no sudaré"

Cojo la primera bici, la 20, y joder, a la que voy a subir el sillín, no va, o sea que si va, pero le falta el palito para apretarlo, y se va para abajo. Mierda, pero aún estoy a tiempo, y cambio de bici. Me toca la 21, voy a buscarla pateándome de nuevo la fila, y ostia, está al otro lado, y con cara de estar a punto de matar a alguien, vuelvo a dar la vuelta, porque está en el otro lado. Aprovecho este inciso, para cagarme en la gente que deja las bicis en el otro lado. Ya está.

Me toca, como digo, la 21, una bici de las primeras series, por su color rosa-pálido-descolorido-diabético-hepatítico. La cojo, y parece que va bien, va bien hasta los 150 metros, o sea, antes de llegar a la calle Constitución, que decide por cuenta propia y sin consultarme, pincharse la rueda trasera, pero como era tarde y en caso de dejarla, debía esperar 10 minutos a cojer la siguiente, pues me digo "bah! total es un ratillo hasta la Illa"

La madre que me parió.

Sabes lo que es llevar una bici vieja y decrépita, con la rueda trasera pinchada desde casa hasta la Illa y abrigado como el Yeti? Me cago en la puta, los chorros de sudor descendían por mi espalda a mares. La bici se ladeaba de una manera espantosa, parecía un borracho yendo en una bicicleta borracha. Cada pedaleo suponía un esfuerzo extra, costaba incluso pedalear en primera.

No digamos el ruido que hacía la PUTA bici. Todo Dios mirando al YETI ese cojonero que no para de hacer ruido...

Después de más de media hora, he llegado al bar, sudado como un cerdo, me quito el abrigo, me siento en la barra, y pido un café, como siempre.

Exceptuando que no siempre me lo tiro por encima, como hoy ha pasado. Menos mal que en un alarde de no se qué coño, he podido esquivarlo y apenas me ha tocado. Me lo he tomado finalmente, estaba horrible, como no podía ser de otra forma.

Una vez relajado con el periódico y el café, ya he subido a trabajar, me he sentado en mi silla, y he notado una cosa extraña, y fría... mi culo. todo empapado de vete a saber qué. El sillín de la bici estaría lleno de agua y no me he enterado.

Pero ya paso, total, no creo que me sucedan más cosas malas hoy, excepto que estoy en el trabajo. Que ya es.

Te amo.